martes, 13 de julio de 2010

CAPITULO 12 (SEGUNDA PARTE)


Miranda estaba en la pequeña cama de Andy apretujada entre él y Sarah. Simon y Agnes estaban en el suelo, justo debajo. Estaban ya por la mitad de la película Dos tontos muy tontos, y aunque los demás reían, Miranda no parecía poder borrar el semblante torturado de su cara. ¡La película era una completa pesadilla! Andy rodeaba su hombro abrazándola y la miró para sonreírla.


“Vamos cariño” susurró. “No es tan mala”.


“Sí que lo es” contestó Miranda con una sonrisa triste, intentando no pensar en cómo la había llamado Andy. Andy sonrió cálidamente y le plantó un beso en la nariz. Miranda buscó en el bolsillo de sus Levi's y sacó su teléfono. Seguía en modo silencioso, por lo que se sorprendió al ver que tenía un sms esperando. Todos sus amigos estaban en la misma habitación. El reloj marcaba las 22:30. Abrió el teléfono y apretó el botón de los mensajes.


Te lo juro, esta fiesta parece que va a durar toda la noche.

Me aburro. Creo que tú estás viendo una película de calidad, ¿no?

R.


“¿Quien es R?” preguntó Sarah, quien había echado un vistazo por encima del hombro de Miranda.


“Uhm... nadie” dijo Miranda automáticamente. Se giró hacia Andy, quien alzó una ceja. “Sólo es un amigo de Londres” explicó, dándole una palmadita en la mejilla.


Pasados otros diez minutos, no pudo aguantar más, así que se levantó de la cama y les dijo a todos que tenía que ir al servicio.


“¿Quieres que paremos la película?” preguntó Simon, agarrando el mando a distancia.


“No, no hace falta” le aseguró, mirando a Andy, quien entorno los ojos. Sabía que odiaba ese tipo de películas.


Supongo que te han hecho ponerte un traje, ¿eh?

Creo que te sentirás un poco mejor si te digo que me están haciendo ver Dos tontos muy tontos.

¿Has encontrado ya un hueco para mañana?


Se bajó los pantalones para hacer sus cosas y sintió como el teléfono vibraba casi al instante.


¿Un hueco para mañana? No deberías preguntarme esas cosas cuando he estado bebiendo. Lo miraré cuando vuelva. Por cierto, ¡¡me encantó la falda!!!


Miranda sintió como se sonrojaba cuando leyó la respuesta. Cerró su teléfono, se rió y abrió la puerta de nuevo. Le imaginó caminando por la alfombra roja vestido con un traje de diseño, regalando a todo el mundo esa sonrisa que adoraban y después, avanzando para saludar a más gente elegante de la fiesta. Deseaba que él hubiera estado con ella, pero sabia que eso era imposible.


Tardó una eternidad en quedarse dormida. Sopesó que haría si Robert decidía que quería más de ella. Lo más inteligente sería decir que no. Esta vez, corría el peligro de enamorarse de verdad de él, y no quería eso. También estaba Andy, que se complementaba con ella a la perfección. Era abierto, divertido, inteligente y tenían los mismos intereses. Y tampoco estaba nada mal, a pesar de que aún no le había visto sin camiseta.


A pesar de no haber tenido contacto físico con Andy, Miranda sabía que eso no significaba que las intenciones de Andy fueran menos serias que las de cualquiera que quisiera estar con ella. Era sólo que Andy estaba chapado a la antigua. Nunca precipitaría las cosas. Era muy probable que Andy pensara en Miranda como suya, a pesar de que ella era reticente a tomarse en serio una relación hasta no haber mantenido relaciones sexuales. Después de todo, ella tenía 24 años.


Incluso soñó con Robert esa noche.



“Miranda...¡Por favor!” dijo Sarah cuando Miranda alcanzó su teléfono por décima vez esa mañana. Sólo eran las 10 de la mañana, pero ya estaba ansiosa. Sarah, su compañera de trabajo, entornó los ojos y suavemente empezó a golpear con el dedo el libro que estaba delante de Miranda, como para llamar su atención.


“Lo siento” murmuró Miranda, volviendo al libro. Veía palabras, pero solo eso. No tenían ningún sentido porque no podía concentrarse. Suspiró y cerró el libro. “No puedo concentrarme ahora mismo”.


“¡Tienes que centrarte!” Dijo Sarah frunciendo el ceño. “Has estado muy rara toda la mañana. ¿Qué te pasa?”


“No me creerías si te lo contara” dijo Miranda sacudiendo la cabeza. No, no se lo contaría.


“¡Inténtalo!” Sarah se recostó en la silla y se cruzó de brazos.


“Bueno...digamos que un tío con el que me acosté en Londres ha decidido presentarse en NY ayer al mediodía” murmuró, pasándose los dedos por el pelo. Se engancharon a mitad de camino debido a la espuma. Tendría que volver a ducharse para lavárselo.


“¿Y? Ahora tienes a Andy, ¿no?”


“Bueno, sí. Pero este chico es...” Miranda se quedó callada, buscando las palabras adecuadas. “Especial”.


“¿Es él la razón por la que no dejas de mirar tu teléfono?” Sarah la miró escéptica. Ella asintió, sintiendo como se sonrojaba.


“Sí, es la razón por la que miró constantemente el teléfono y actúo de esta manera”


“Escucha”. Sarah se inclinó hacia delante y juntó su cara a la de Miranda. “Tu teléfono está en modo vibrador, no? Te aseguro que te enterarás si te llama. Hasta entonces, ¡tenemos que trabajar! Tú también quieres ir a Las Vegas, ¿sí?”


“Sí”, asintió Miranda. Realmente deseaba ir a Las Vegas, así que volvió a su libro. Las horas pasaron y seguía sin llamar. Puede que fuera lo mejor. Si podía hundirla de esta manera sólo por no llamar, no quería saber lo que pasaría si se vieran de nuevo.


Al mediodía, recogieron sus cosas y se fueron a la cafetería para comer con Andy. Sarah la miró mientras caminaban por el edificio. Miranda sabía que estaba apática, pero no podía evitarlo.


“En serio, anímate” rió Sarah. “Andy te va a preguntar qué te pasa si no lo haces”.


Miranda suspiró y echó un último vistazo a su teléfono antes de entrar en el comedor. Ni una llamada. Que le jodan. Metió su teléfono en el bolso y se acercó a la mesa donde Andy estaba sentado.


Andy la miró y sonrió ampliamente. Miranda le devolvió la sonrisa mientras Andy se levantaba para abrazarla.


“¡Hola preciosa!” dijo besándola en la frente. “¿Te ha cundido la mañana?”


“No demasiado” admitió. “Estoy demasiado cansada”


“¿No fuiste capaz de dormir después de la magnífica película que alquilamos anoche?” Andy pestañeó y Miranda entornó los ojos. Los demás habían decidido ver Tras la línea enemiga después de ver Dos tontos muy tontos, pero ella no. No le gustaban las películas de guerra y tampoco Owen Wilson.


“¿Qué tal tu mañana?”


“Ha estado bien” dijo Andy bostezando. “Hemos asistido a otra charla” dijo encogiéndose de hombros. “Preferiría... hacer algo productivo, ya sabes”


“Lo sé” dijo ella sonriendo. “Voy a pedir la comida”


“¿Me traes otra coca-cola?” le pidió.


“Sí, claro”


Miranda volvió a mirar su teléfono. Sería una gran satisfacción si la llamara mientras comía con Andy. De alguna manera, haría que se sintiese menos patética.


Las horas posteriores a la comida pasaron imposiblemente lentas. Andy y sus amigos se unieron a ellas en la biblioteca, como siempre hacían. Miranda era incapaz de concentrarse. Cerró los libros y leyó un periódico en su lugar. Sus ojos paseaban por las páginas, buscando algo en lo que entretenerse.


“¡Oh Dios mío!” gritó. “¡Los Nouvelle Vague tocan esta noche en el Bowery Ballroom!”


“¿Quienes?”


“Uh... Es un grupo de Bossa Nova...” sonrió Miranda. “Son franceses y hacen unas versiones estupendas”


“Uh...muy bien” sonrió levemente Andy, regresando a su libro.


“¡Oh...vamos! ¿Nadie ha oído hablar de ellos?” Miranda frunció el ceño. En Londres, ella y Lauren habían estado obsesionadas con ellos el año anterior.


“Lo siento” dijo Sarah sonriendo.


Miranda se encogió de hombros y arrancó el anuncio del periódico. Iba a ir a verles y era justo lo que necesitaba para dejar de pensar en Robert. Parecía que nadie quería ir con ella, pero le daba igual. O iba con alguien que lo apreciara o prefería ir sola. Echaba de menos a Lauren. Echaba de menos Londres.


“Me voy a casa” dijo al resto. “Estoy demasiado cansada como para concentrarme”.


Sarah entornó los ojos y Andy la miró comprensivo.


“Seguiré leyendo cuando llegue a casa” le prometió a Sarah. “¡Necesito salir de este edificio un rato!” Miranda miró el reloj que colgaba de la pared al otro lado de la habitación. Las 3:30pm.


No va a llamar.


Se le encogió el estómago y salió disparada del edificio para evitar que los demás vieran la cara de disgusto que se le había quedado. Incluso si su número no hubiera sido oculto, ella no le habría llamado.


Según llegó a la altura del guarda, le entregó a toda velocidad su acreditación y puso los dedos en la pantalla antes de que él pudiera decir nada. Le miró cuando éste dudó al devolverle su acreditación.


“¡Me ves cinco veces al día!” murmuró. “¡Por favor!”


Creyó ver un atisbo de sonrisa en sus ojos, pero desapareció antes de que pudiera pensarlo dos veces. En lugar de eso, simplemente le entregó la tarjeta.


“Que tenga un buen día, señorita” dijo, como de costumbre.


Miranda entornó los ojos y salió corriendo del edificio. El viento soplaba con fuerza intentando jugar con su pelo. Miranda se quitó la pinza soltándose el pelo, dejándolo moverse libremente con el viento.


“¡Maldito edificio!” dijo apretando los dientes y sacando el móvil de su bolso.


No ha llamado.


“¡Pues claro que no ha llamado!” murmuró furiosa. “¿Qué coño esperabas? Apuesto a que ayer conoció a alguna modelo y se la tiró hasta el amanecer”


Sí. Apuesto a que es eso lo que pasa....


Se quitó la chaqueta y se desabrochó los dos botones superiores de su blusa. Hacía tanto calor que podía haber frito un huevo en el asfalto. Llamó a Lauren.


“¡Cariño!” gritó Lauren. “¿Cómo estás?”


“¡Te echo de menos!” gritó Miranda. “¡Voy a ver a los Nouville Vague esta noche y nadie quiere venir conmigo!”


“¡¿Cómo?!” gritó Lauren. “Cielo, no saben lo que se pierden”.


“¡Lo sé!” dijo Miranda pasándose los dedos por el pelo. “¿Qué es de tu vida?”


“Lo normal” Miranda casi podía ver como Lauren se encogía de hombros. “Me estoy leyendo el periódico de esta mañana y tomando una taza de té...a pesar de que ya es casi hora de acostarse. ¿Y tú qué? Pareces triste”


“Laurie...” suspiró Miranda. “Vale, necesito que seas sincera conmigo”


“¡Siempre lo soy!” dijo Lauren tomando un sorbo de su bebida.


“Si un tío te dice que te llama mañana y a estas alturas aún no ha llamado... son las tres menos cuarto. No va a llamar, ¿verdad?”


“No te sigo”.


“Comí con un tío ayer... y me preguntó si quería verle hoy también... pero son casi las 4 y no me ha llamado! Dime qué es lo que piensas!”


“Se trata de Andy?”


“¡No! Es... no importa”


“Pero pensé que estabas con Andy”


“¡Y lo estoy! ¡Pero no tiene nada que ver en esto!” gritó Miranda. “Oh, da igual. ¡Tú solo contéstame!”


“¡Vale! ¡El tío ese no va a llamarte!” Lauren gritó. “Ahora dime quien coño es ese tío o que Dios me ayude-”


“Por qué?”


“Bueno...en parte porque estás entrando en el juego analizando a un tío así, y tú no eres así! Y después, porque parece que no quieres decirme quien es, y tengo curiosidad”


“¡Vale, muy bien!” Miranda entornó los ojos. “¡Pero tienes que prometerme que no se lo contarás a Mariah! Y no estoy entrando en ningún juego.”


“¿Mariah?” dijo Lauren. “No... ¿Es...?


“Me temo que-” comenzó a decir Miranda, suspirando.


“¿¡Robert?!” dijo Lauren casi sin aliento.


“...así que” dijo Miranda a punto de reír. “¡Prométeme que no se lo dirás a Mariah!”


“Pensaba que no hablabas con él”


“Me llamó ayer” dijo Miranda, a punto de sonreír.


“¡Oh joder! ¡Esto es genial!” rió Lauren. “¡Creo que tengo que retirar lo que he dicho! Lo que he dicho antes, me refiero”


“¿El qué? ¿Por qué?”


“Puede que te llame”


“¿Cómo dices?”


“Bueno...Mariah estaba en la misma habitación que Robert cuando oyó que estabas en NY”


“¿Y?” presionó Miranda.


“Te estuvo viendo en el facebook y quería saber lo que habías dicho de él. Por lo visto se enfrentó a Patrick cuando le dijo que habías perdido peso...” rió Lauren. Miranda dejó de andar.


“Oh...Espera, ¿qué?” dijo Miranda frunciendo el ceño.


“Sí, Patrick dijo que ahora estabas genial, y básicamente Robert se encaró con él diciéndole que antes también estabas genial, así que creo que de verdad, de verdad, quiere verte” dijo Lauren. “Pero Mariah me dijo que Patrick dijo que Robert se echaría atrás”


“Uhm...bueno, en realidad no me ha llamado” Miranda sonrió levemente. “Prométeme que no lo contarás”


“Lo prometo” dijo Lauren. “Mira cielo, tengo que irme...Tengo clase por la mañana”


“Vale...¿Te llamo mañana?”


“Sí! Hazlo! Pero de verdad...no al estilo de Robert. No te olvides de llamarme” rió Lauren.


Miranda gruñó. “¡No tiene gracia!”


“Lo sé”. Lauren seguía riéndose un poco. “Llámame cuando hayas terminado el día”


“Lo haré” suspiró Miranda.


“Te quiero”


“Yo también te quiero”


Se dejó caer en la cama en cuanto llegó a casa. Se llevó las manos a la cara y gruñó. Nunca había imaginado que Robert la dejaría plantada de esa manera. Apretó los dientes y se sentó.


“Me podía haber mandado un mensaje o algo” murmuró, quitándose los zapatos. No le necesitaba. No podía marcar una diferencia en su vida puesto que no era parte de su vida real. Era una fantasía y un sueño. Si se tuvieran el uno al otro, vivirían en una burbuja, no en el mundo real.


Decidió que era hora de darse una ducha, y muy a su pesar, dejó el móvil en su bolso. El agua cálida le calmó los nervios. Apoyó la cabeza en la pared y suspiró. No, no debería obsesionarse con él de esta manera.


Cuando terminó, se envolvió en una toalla y salió de la ducha. Miró su cara en el espejo, estremeciéndose al verse tan pálida. Tampoco se extrañó. No es que hubiera muchas oportunidades para tomar el sol por aquí.


Abrió el armario y cogió unos vaqueros negros y una camiseta blanca de manga corta. Se calzó sus zapatillas de cuero negras y se sentó frente al espejo. Odiaba quedarse en casa. Tenía que salir y hacer algo. Se hizo una trenza, se maquilló como de costumbre, agarró su bolso y salió de la habitación.


Ni si quiera había cruzado la calle cuando sintió su móvil vibrar en el bolso. Se detuvo y empezó a buscar en su bolso, temerosa de que saltase el contestador antes de que pudiera contestar. Era un número oculto. Su corazón empezó a golpearse contra sus costillas.


“H...Hola?” Apretó los dientes, deseando que su voz no sonase tan temblorosa.


“Miranda?” era él.


“Sí! Hola Rob!” ¡Sé natural!


“¿Qué haces?”


“Uhm...estoy de compras” contestó honestamente. Esa era la idea original. “¿Tú?”


“No mucho...” Se hicieron unos segundos de silencio. “Uhm...¿sigues queriendo que hagamos algo?”


Una sonrisa se dibujó en los labios de Miranda. “¡Sí! Claro!” Actúa con normalidad! “¿Qué quieres hacer?”


“En realidad, no tengo ni idea” rió. Miranda sonrió. Se le ocurrían algunas cosas para hacer con él.


“Entonces...”


“Siento no haberte llamado antes. He estado ocupado todo el día. ¿He mencionado que además tengo resaca?”


“¿Me estás poniendo excusas?” rió Miranda.


“Estoy libre esta noche si quieres que quedemos” murmuró él.


“En realidad... Ahora iba de camino a comprar unas entradas para esta noche...”


“Oh...” dijo un poco decepcionado. “¿Quiénes vais?”


“Uhm...yo” admitió, mordiéndose el labio. “No es una banda demasiado conocida...pero tengo muchas ganas de verles...”


“¿Vas a ir sola?” dijo sorprendido.


“No tengo problema en ir sola, Ron” contestó, un poco más cortante de lo que pretendía.


“¿Quienes tocan?”


“Nouvelle Vague”


“Hmm....Espera” dijo. Miranda escuchó como tecleaba en el ordenador. Diez segundos más tarde, la melodía de Human Fly sonó de fondo. “¿Son éstos?”


“Sí...”


“No pareces muy segura” rió.


“A la mayoría de la gente no le gustan” admitió.


“Bossa Nova, eh?”


“Sí...franceses” rió Miranda.


“¿Quieres ir sola?”


“A no ser que encuentre a alguien que no se queje durante toda la noche” sonrió.


“¿Has comprado ya tu entrada?”


“No, estoy de camino”


“¿Me compras una?”


“¿Quieres ver a los Nouvelle Vague?”


“¡Claro! Me encanta cualquier novedad que no sea....comercial. De todas formas, estará bien ir a ver lo que te gusta”


“Habrá un montón de gente allí, Rob...”


“Sí, lo sé, pero me imagino que nadie esperará verme allí, y con suerte, pasaré desapercibido” suspiró, riendo un poco.


“¿Seguro?”


“Sí. Puedo cuidar de mí mismo. Soy un chico grande”


“¡Muy bien! Te compraré una entonces” dijo Miranda riéndose mientras él se aclaraba la garganta.


“¿A qué hora empieza?”


“A las 8”


“Muy bien. El chico grande estará listo a las 7” bromeó.


“Miranda sonrió al oírle reír. “Pasaré por tu hotel a las 7”


“El Ritz”


“Me lo imaginaba”


“¿Tienes sed?”


“Una cerveza o dos no estarían mal” sonrió.


“Así que no te importa si te emborracho esta noche?” rió Robert.


“Mientras no sea yo la única borracha, no me importa” sonrió Mirando, pasándose los dedos por el pelo nerviosa.


“Vale...nos vemos luego” dijo.


“¡Más te vale!”


Miranda no dijo nada acerca de la sensualidad de los Nouvelle Vague, y tampoco pensaba hacerlo. Llevarle a un concierto lleno de gente, con música sensual, probablemente no era la mejor idea si quería mantenerse alejada de él físicamente. Pero lo hecho, hecho estaba. Tenía que ser capaz de mantener las distancias durante un par de horas, a pesar de que tal vez, acabarían borrachos. Pero ella tenía bastante autocontrol. Sus valores morales valían mucho más, no?


De cualquier manera, la tarde-noche prometía ser bastante interesante...

6 comentarios:

  1. ¡Hola, María!

    ¡Me encantan tus historias! Me leí I love L. A. y ahora estoy enganchada a esta.

    Me encanta el personaje de Miranda, y Rob tan perfecto como siempre.

    Hacía mucho tiempo que no actualizabas, no dejaba de pasarma para ver si escribías algo más. ¡Y por fin está el capítulo 12!

    Muchas gracias. ;)

    ResponderEliminar
  2. Ya estoy con el 13! Gracias por los comentarios!! A partir de ahora prometo actualizar mas a menudo!! :)

    ResponderEliminar
  3. gracias maria!!! besos desde argentina

    ResponderEliminar
  4. Hola Maria, me encanta tu fic, siempre paso a ver si has subido algo...Espero que actualices lueguito la historia, te dire que me tiene bastante intrigada jajaja...Adoro como describes los personajes sobre todo a Rob que me encanta y a Miranda, y bueno la trama en general es genial...

    Besitos y Saludos desde Chile.

    Pauli.

    ResponderEliminar
  5. María Gracias ¡¡¡¡ tu fic me llena de alegria, la pareja de Miranda y Rob es maravillosa.
    Abrazos desde Guanajuato, Méx.

    ResponderEliminar
  6. Meriii!!!! Cuanto tiempo joooooooooooooooooooo :( Ya te echaba de menos... Que alegría saber que sigues actualizando!!! Un beso muuuuuuuuuy grande!!!! Lu

    ResponderEliminar