lunes, 14 de septiembre de 2009

CAPÍTULO 1



SUFICIENTEMENTE INTERESANTE COMO PARA HACERLE SONREÍR.


La observó con suspicacia por enésima vez en la última hora. Ella estaba sentada a un par de metros de él, leyendo un libro cuya portada conocía bastante bien. Las pálidas manos sujetando una manzana fue suficiente como para hacerle estremecer. Constantemente creían que tenía la misma dulzura inocente que Edward Cullen, el romántico y protector vampiro al que encarnaba en las películas.


La verdad, es que Robert no tenía mucho que ver con Edward. El personaje no le hacía sentirse demasiado bien. Le molestaba que la gente esperara que se comportase como Edward. Por supuesto, muchas veces lo hacía, simplemente porque sabía a todas las chicas que conseguiría haciendo eso. Aquellos que le conocían, se reían de las pobres chicas que se creían la mentira.


Hoy era su día libre y no podía esperar a poder pasarlo él sólo en Hyde Park. Siempre le había gustado ir ahí cada vez que podía. Actualmente, apenas tenía tiempo para ello. En realidad, este era el primer día en 18 meses que estaba sentado en este lugar.


¡Y esta chica no iba a arruinárselo! Sus cejas se estrecharon cuando forzó su vista sobre el papel que tenía en su regazo. Había palabras escritas, tachones, y otras palabras escritas encima. En ocasiones, hasta formaban una frase. Su problema ahora mismo era que no podía escuchar música en su cabeza. No había melodías que pegaran con esa letra. Y el hecho de que hubiera esperado casi tres semanas este momento, le molestaba aún más. No era capaz de concentrarse.


Suspiró y la miró de nuevo, culpándola a ella. Ella era el motivo por el cual no era capaz de escribir. Ella y ese maldito libro. Simplemente no podía concentrarse con ese libro cerca de él.


La chica no se había movido durante la última hora y Robert empezaba a preguntarse si podría escabullirse de allí sin ser reconocido.


Eso parecía, lo que le hizo sentirse un poco mejor. Finalmente se atrevió a mirarla de verdad. Era una chica atractiva, así que ¿por qué no iba a mirarla? Sus ojos se deslizaron cuidadosamente desde sus pies hasta sus piernas, por su culo y su cintura, las curvas de su pecho, y por fin, su cara y su pelo. Lo que vio le hizo sonreír ligeramente. Su estrecha cintura hacía un bonito contraste con su culo.


Estaba sentada, así que tampoco podía asegurarlo del todo, pero pensó que era un poco grande en relación con el resto de su cuerpo. Era interesante, no era una belleza clásica, pero era lo bastante interesante como para hacerle sonreír sin darse cuenta. Estaba bronceada y su pelo castaño brillaba con el sol. El hecho de que estuviera leyendo Crepúsculo le molestaba, ya que parecía algo mayor para leer eso. Debería tener su edad, o incluso algo más mayor.


De repente, una vieja canción de The Doors rompió el silencio. Hizo que la chica se sobresaltara ligeramente y suspirase mientras colocaba su pelo tras su oreja mirando a su alrededor. Debió confundir la mirada de Robert, pensando que la estaba mirando con desaprobación, ya que empezó a buscar en su bolso frenéticamente. La voz ronca de Jim Morrison resonaba por el parque.


Love me two times baby! Love me twice today...


Él sonrió.


“¡Lo siento! Siempre se me olvida quitar el sonido” dijo disculpándose.


Robert bajó la vista, en parte avergonzado porque le había pillado mirándola de esa forma y en parte asustado porque no quería que le reconociera. Le llevó unos segundos darse cuenta de que se había dirigido a él en un tono normal, sin gritarle. La chica por fin encontró el origen de la música: su teléfono móvil.


“Miranda... ¡Hola mamá!” Ella le miró de nuevo, sus ojos pidiéndole perdón.


Él la sonrió un poco, haciéndola saber que no pasaba nada. Ella le devolvió la sonrisa y comenzó a doblar la esquinita de la página que estaba leyendo. Entonces volvió a mirarle. La mandíbula de Robert se tensó según la miraba. Mientras ella seguía hablando por teléfono, forzó sus ojos y le miró fijamente. Robert notó como su corazón latía con fuerza a medida que ella alternaba su mirada entre él y el libro. Rompió el contacto visual intentando concentrarse en el papel que tenía en su mano. Se preparó por si acaso se acercaba a hablar con él. Deseó que no lo hiciera.


Después, esa chica llamada Miranda se levantó y se alejó. La observó, sorprendido por su forma de actuar. Entonces, pasados unos pocos segundos, se dibujó una enorme sonrisa en su cara. Definitivamente, sus caderas eran demasiado grandes en relación con su cintura.


El efecto que causaba cuando caminaba alejándose de él lo más deprisa que podía sin llegar a correr, era hipnotizador. Su pelo brillante cobraba vida sobre su espalda según se colocaba al hombro su mochila de cuero Mulberry. Sus vaqueros azul claro se ajustaban a sus caderas y un cinturón hacía que se ajustase también a su cintura. No cabía duda que de lo contrario, le quedarían demasiado grandes. Se giró una vez más para mirarle y le pilló sonriéndola. La cara de ella se ruborizó mientras volvía a mirar al frente y empezaba a correr.


Robert estuvo tentado a gritarla “¡No voy a morderte!”, pero se contuvo. Probablemente ya la había avergonzado lo suficiente por el mero hecho de estar allí y por sonreírla de ese modo.


Volvió a centrarse en su hoja de papel y empezó a escribir. La sonrisa estaba permanente en sus labios. Era temprano, y aún podría pasar al menos una hora más en el parque antes de que “tuviera” que irse de allí.


**


Tres horas más tarde...


Could you let down your hair

And be transparent for a while

Just a little while

See if you're human after all


El reloj digital de la mesilla de Shanon marcaba las 5 de la tarde. Los labios de Robert formaron una O mientras dejaba salir 3 anillos perfectos de humo. Las persianas estaban bajadas, y los espacios por los que entraba la luz, dejaban algunos rastros sobre su cuerpo desnudo. Contempló somnoliento como el sol jugaba en su pecho.


En la cadena de música de Shanon, sonaba el disco de Nivana Unplugged, y estaba disfrutando de la canción Lake of Fire. La cantidad de whisky que había consumido desde que llegó a casa de Shanon, hacía que su voz fuese más ronca de lo normal. Cantó las letras de la canción, disfrutando de las similitudes entre su voz y la de Kurt Cobain. Odiaba pensar que había otro tipo de similitudes entre ellos, pero sabía que las había.


Robert conocía a Shanon desde hacía unos 5 años. Al principio, habían sido pareja y luego amigos. Ahora mismo, no sabía si lo que tenían podría calificarse de amistad.


Suspiró y fijó los ojos en la pared próxima a la cama. Las letras de una vieja canción que él había escrito en esa pared una de las primeras veces que había ido a su apartamento, aún estaban allí. Las leyó y frunció el ceño mientras pensaba en lo mucho que había cambiado su relación desde entonces.


Ella solía ser la persona que le animaba cuando caía en la oscuridad. Ella era lo más cercano a un alma gemela que había tenido nunca. Eran la clase de amigos que conocían todo del otro porque se conocían a sí mismos. Los dos eran iguales.


Cuando todo lo que Robert quería hacer era estar solo, ella había estado con él. Probablemente ella era una de las razones por las cuales él no se había vuelto loco. Volvió a darle una calada a su cigarrillo. Lo malo es que la influencia que ella tenía sobre él ya no era tan buena como antes.


Intentar mantenerse alejado de una persona así es bastante difícil. Era la única persona con la que no tenía que fingir, con la que no tenía que mantener las apariencias. Ella era igual de mala que él. O, para ser más exactos, ella hacía que él fuera tan malo como ella cuando estaba con ella.


No hace falta decir, que Shanon no era la persona favorita de Robert. Era demasiado parecida a él, y él no estaba muy contento consigo mismo en la actualidad.


Echó un vistazo a la botella medio vacía de whisky que estaba en el suelo y puso los ojos en blanco mientras intentaba alcanzarla. ¿Qué iba a pasar si bebía un poco más? Iba a salir esa misma noche, así que...


Alguien tiró de la cadena en el baño que estaba unido a la habitación. Segundos más tarde, apareció una belleza delgada, castaña y pálida... Shanon.


Ni si quiera se giró para mirarla; simplemente continuó fumando hasta casi toser. Casi...


¿Qué fumas?” murmuró.


Es sólo un cigarro” contestó Robert, girándose para mirarla.


Ella asintió y se agachó para recoger sus vaqueros del suelo. Robert se mordió la parte interna de su carrillo. Shanon llevaba únicamente y camiseta vieja que no cubría lo suficiente, dejando ver que no llevaba bragas. Podía verlo todo de ella.


Eres una zorra” dijo riéndose, apagando el cigarro en el cenicero próximo al reloj. Ella le miró con aburrimiento.


Cállate Rob” murmuró. “Y vístete... te estás poniendo gordo con toda la cerveza que estás bebiendo”


El regocijo que mostraban sus ojos desapareció y se sentó, cogiendo sus calcetines de la pila de ropa que había en el suelo. Shanon ni si quiera le miró mientras se vestía.


¿Qué vas a hacer esta noche?” Shanon le preguntó, mirando por la ventana.


¿Y a tí que coño te importa?” murmuró. Ella ignoró sus palabras y se giró para mirarle.


¿Vas a salir con Patrick?” dijo, cruzándose de brazos.


Él la miró pero se quedó callado. Toda esta situación le aburría. Se preguntó por qué había ido a su apartamento. ¿Qué era ella para él después de todo? ¿Una terapeuta intentando que se suicidara y que quería un polvo rápido, cuando a él ni si quiera le importaba satisfacerla?


Se estremeció al recordar la escena que había tenido lugar antes.


Rob había llegado a su apartamento. Ella se le había tirado encima, diciéndole lo mucho que le había echado de menos. Después, ella había puesto el CD y sacó el whisky. Habían hablado sobre sus amigos, de él y de ella (a ella no le gustaban los amigos de él y así se lo había hecho saber) y se habían emborrachado un poco. Pasado un rato, ella le había empujado hasta su cama mientras le decía que le necesitaba. Shanon se deslizó por su cuerpo y él la había utilizado porque le satisfacía. Generalmente, él no se preocupaba de satisfacerla, ya que ella se las arreglaba bastante bien sola, sin importar que él fuera rápido o no. Incluso había pensado en que tal vez fingía, pero eso tampoco le importaba demasiado. Ese era problema de Shanon.


Se puso su gorro sobre su pelo, encontrando otro cigarro en el bolsillo de su cazadora, sumido en sus pensamientos.


¿Qué es lo que te pasa? Si estás cabreado conmigo no tenías que haber venido”. Ella sacudió la cabeza y le dio un mechero con el dibujo de una mujer desnuda. Robert lo cogió y se encendió el cigarro, encogiéndose de hombros como respuesta.


Supongo que no estoy de humor ahora mismo”


Pues entonces vete y emborráchate, o colócate, o lo que quiera que sea que hagas estos días” dijo, dándole la espalda.


Robert contempló el largo pelo castaño que le caía por la espalda y suspiró. No estaba siendo muy amable con ella y se sentía un poco culpable. Pero después de todo, no le había prometido nada.


Sí... yo, Patrick, Tony y su nueva chica vamos a ir a algún sitio del Soho esta noche” dijo suspirando y cerrando los ojos. “¿Quieres venir?”


Realmente no quiso decir eso último. La miró y vio aquella sonrisa que ella siempre le ofrecía cuando sabía que había dicho algo que no quería decir. Probablemente accedería a ir con él para putearle un poco.


Gracias por preguntar, pero tengo mejores cosas que hacer...” dijo con una sonrisa. Había ganado esta ronda.


Cómo si a él le importase mucho. Estaba cansado de estos juegos. Shanon se acercó a él y le rodeó por la cintura con sus brazos, apoyando la cabeza en su cuello.


No me gusta pelearme contigo” le susurró con voz de niña.


Rob suspiró y la rodeó con un brazo, mientras que con el otro, seguía fumando.


Pues entonces no me digas esas cosas” dijo. Desde que se había ido a vivir a LA, Shanon se portaba fatal con él. Nunca sería capaz de ignorarla por completo por mucho que lo intentara. Ella era su refugio. El refugio que le destrozaba en lugar de salvarle, pero necesitaba estar con gente conocido ahora mismo. No podía permitirse el perder a la única persona con la que no tenía que guardar las apariencias.


¿Como qué?” le contestó con una sonrisa, alzando su cabeza para mirarle.


Ya lo sabes” dijo, apartándose de ella. El mayor problema de Shanon era que sabía cuales eran sus puntos débiles.


¿El qué? ¿Que bebes demasiado y que fumas demasiada hierba?” le provocó. “¡Es la verdad! Sabes que es verdad. Y si nadie más se atreve a decírtelo, pues lo haré yo” le dijo, apoyándose contra la pared esperando a que sus palabras le golpearan. “Quiero decir, ¡mírate! Ten cuidado o los periódicos van a empezar a hablar de ello muy pronto. ¡Serás el próximo Amy Winehouse, sólo que tú no tienes ni la mitad de talento que ella!”


La miró fijamente. Le estaba dando donde más le dolía y ella lo sabía. Nunca eran muy agradables el uno con el otro, pero esto era demasiado, incluso para Shanon. Sin decir una palabra, salió por la puerta dando un portazo.


Le había hecho daño, pero sabía que era porque era cierto. Los periódicos ya habían empezado a escribir historias acerca de él borracho en las entrevistas. Era sólo cuestión de tiempo que esto se le fuera de las manos.


Y ahora, iba a salir otra vez. No podía creerse en lo que se había convertido su vida. Esta película se suponía que iba a ser algo genial para él. Tendría las mejores chicas, la mejor casa, el mejor coche y saldría por las mejores discotecas. Pero la realidad era que acababa de salir del apartamento enano de Shanon, llevando unos vaqueros tan desgastados que estaban empezando a romperse las costuras, una camisa que no había lavado en 2 semanas, y el gorro. Parecía un vagabundo. ¿Cómo era posible?


Respiró hondo según salía del edificio de apartamentos y buscó su móvil. Llamó a Patrick, preguntándole por los planes para esta noche.


Hola tío” dijo, mientras buscaba su billete para el metro.


¡Hola Rob! Me estaba preguntando dónde andabas. He intentado llamarte”. El buen humor de Patrick le pilló por sorpresa y le alivió. Realmente no debería pasar tanto tiempo con Shanon. Era como cometer un suicidio.


Hum...Me pasé por el apartamento de Shanon después de Hyde Park” dijo con un bostezo.


¿Shanon?” Patrick se rió. “Oh tío...¿estáis otra vez?”


No” dijo Robert, recordando cuando la conoció por primera vez. Su talento para saber exactamente cuando la necesitaba le hizo perder la cabeza, convenciéndole de que era su alma gemela, destinada para él. Después de un par de meses, se dio cuanta de que tal vez, no era para él. Es más, descubrió que le hacía sacar su peor cara. Estar con ella significaba que podía sacar su lado malo y dejar de disimular. Esto estaba bien a veces, pero también era completamente devastador.


Hola..¿Rob? ¿Me oyes?”


Sí, te oigo. Voy de camino, sólo quería decírtelo”


Vale, vale! No soy tu madre” dijo Patrick con una carcajada.


No, y gracias a Dios. Serías una madre horrible” bromeó Robert, sonriendo de nuevo. “Bueno, ¿entonces qué planes hay?”


Rockafella. No está lejos. Hemos pillado una mesa en la terraza” contestó Patrick. “He quedado con una chica allí” admitió, y Rob puso los ojos en blanco. Nunca antes había conocido a un tipo tan romántico como Patrick. Estaba siempre enamorado.


Vale, suena bien” se rio Robert. “Te veo en un minuto”


Ajustándose bien su gorro cubriendo su pelo y orejas, bajó las escaleras hacia la estación de metro. Su corazón empezó a latir con fuerza ante la posibilidad de que le reconocieran. Odiaba ir en metro, pero no le quedaba otra opción ahora mismo. Se había dejado la cartera en casa, y para ser sinceros, había bebido demasiado como para conducir su coche (si se lo hubiera llevado).


A salvo, en un vagón de metro medio vacío donde nadie parecía reaccionar ante su presencia, sacó la hoja de papel y examinó lo que había escrito en el parque. Sonrió al recordar lo que le había inspirado; un culo grande y una cinturita de avispa. Las letras que había inspirado esa chica eran una tontería, casi obscenas. Ni de coña iba a convertirse en una canción oficial, pero no importaba.


Se puso los cascos y eligió Best of The Doors en su Ipod. Apoyó su frente en la ventana y se perdió en la oscuridad de los túneles, sin darse cuenta de la sonrisa que se dibujó en su cara cuando empezaron los primeros acordes de Love Me Two Times...


**











9 comentarios:

  1. Quiero máaaaaaaaaaaaaas!! :D

    muaaaaaaaa

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  2. Me ha gustado mucho!!!
    yo también quiero mas

    un besito.

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  3. Chicas, chicas... yo creo que este podría ser el Rob verdadero... o se le parece mucho...
    Me ha gustado mucho María!!!
    Besitos

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  4. Yo también más!!! Quiero conocer a este Robert!!!

    Mmmm Rob yo tengo un culo enorme me dedicas una cancion? Ouhh yeaaah jajajaja

    Besitoss

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  5. Estoy de acuerdo con "Rachelier" asi me o imagino todo vagabundo y todo bohemio *-* oh my gosh! xD si yo me encontrara con ese hombre yo hubiera hecho lo mismo que Miranda jajaja xD
    salir corriendo jejeje!

    Besotes!

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  6. jajajajajaj... bueno, bueno, parece que ha tenido buena acogida!! Ahora estoy buscando alguna chica para ponerla de Miranda... Tengo una en mente...

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  7. joooooooooooor roberto malote...mola!!!jajajaja
    tooodos queremos maaaaaaaas!!!

    gracias nena!!xk tiene muuuy buena pinta!

    bsks

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  8. Ay que no habia comentado!!

    que me ha encantado, y mas aun siendo en mi london querido...

    besooos

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  9. Graciassss María, estoy de vuelta y lo primero que hago es leerte, luego iré al foro.

    Un besazo

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