jueves, 17 de septiembre de 2009

CAPÍTULO 2 (SEGUNDA PARTE)

Una leve sonrisa asomó en la cara de Miranda, ya que sabía que un montón de ojos les estaban observando. Y no le importaba en absoluto. El aire pre-veraniego la hizo estremecerse levemente, y cruzó los brazos sobre su pecho mientras él se encendía un cigarro. Cuando vio que Miranda tiritaba de nuevo, se rió y le ofreció su cazadora.


¿Eres una de esas personas que siempre tienen frío?” Bromeó, alzando las cejas. Ella asintió y metió los brazos bajo la cazadora. Verla así le hizo sonreír.


La cazadora te queda bien...” dijo, dándole una calada a su cigarro.


¿En serio?” preguntó ella sonriendo y girando sobre sí misma para que él la viera.


Sí, y ese vestido es... wow” dijo con una sonrisa aún más amplia. “Los vaqueros que llevabas antes estaban muy bien, pero ese vestido me está matando, ¿lo sabías?”


Ahora lo sé” susurró ella, acercándose a él y deslizando su mano por su pecho hasta llegar a su nuca. Robert sonrió aún más y Miranda sintió como la mano que tenía libre (la otra estaba sujetando el cigarro) se posaba en su espalda, bajando por ella. Sin romper el contacto visual, Robert acarició la fina tela que cubría el culo de Miranda.


Respira sobre mí” le pidió ella cuando Robert le daba la última calada a su cigarro. Él sonrió mientras dejaba salir el humo del tabaco sobre la cara de Miranda. Ella respiró hondo, oliendo la dulce esencia del tabaco y dejando que llenase sus pulmones, calmando sus nervios. “Joder, eso ha estado bien” susurró con los ojos cerrados.


Robert soltó una leve carcajada, colocando la otra mano en su culo y apretándola contra él. Por el rabillo del ojo, Miranda vio como la última persona que quedaba ahí fuera con ellos entraba en el local, dejándoles totalmente solos.


Sin perder el tiempo, volvió a besarla de nuevo. Esta vez, no fue tan delicado como antes. Miranda se quedó sin respiración cuando notó la fría pared golpeándole la espalda. Esta vez, la boca de Robert devoró la suya y Miranda no consiguió reprimir la urgencia que sentía su cuerpo. Le rodeó con sus piernas y sumergió ambas manos en su pelo, escuchándole gemir según sus dedos alcanzaban su nuca. Los labios de Robert abandonaron los suyos un instante para besar su mejilla y su cuello.


¿Dónde vives?” susurró él. Su respiración estaba tan acelerada que parecía que había estado corriendo.


Victoria Station...” sonrió ella.


Uhm,,” dijo Robert tragando saliva y dudando un instante. “¿Quieres que... llame a un taxi?”. El corazón de Miranda dio un brinco cuando le miró a los ojos, unos ojos que la observaban. Se puso de puntillas, rodeó su cuello con los brazos y le besó, asintiendo al mismo tiempo. Él rió contra sus labios al mismo tiempo que sacaba su teléfono móvil. Se apartó un poco y empezó a marcar. La miró con una sonrisa mientras esperaba que los de la compañía de taxis contestaran el teléfono.


Ella se acercó a él lentamente, colocó sus manos sobre su pecho y le empujó contra la pared. Robert seguía a la espera, cuando ella le besó de nuevo. Justo cuando Miranda estaba a punto de sentir su lengua contra la suya, la operadora contestó al otro lado de la línea. Robert se apartó de ella y tuvo problemas para contener la risa.


¿Hola? ¡Hola!” dijo, intentando sonar lo más normal que pudo. Ella se rió contra su cuello, besándolo y provocándole acariciando sus caderas, acariciándole extremadamente cerca de la zona peligrosa. “Quería pedir un taxi...uhm...¿dónde coño estamos?” dijo riéndose, contagiando la risa a Miranda, quien susurró “Rockafella”.


Estamos en el Rockafella” dijo riendo. “Vamos a Victoria Station” continuó. “¿Sí? ¿Tienen ya uno esperando aquí? Gracias”


Cerró el teléfono y la besó apasionadamente antes de guiarla a la salida principal.


¡Espera! ¿No quieres decirle a tus amigos que te vas?” preguntó Miranda. Él la miró con expresión divertida.


Oh...¿Es eso sólo una cosa de chicas?” dijo ella, ruborizándose.


Probablemente. ¿Quieres avisar a tus amigas?”


Creo que se lo imaginarán” dijo Miranda según llegaban al taxi y se metían dentro.


Tal vez deberías decírselo” dijo una vez sentados en el taxi. “A lo mejor soy una persona horrible y me gustan las torturas y esas cosas” dijo Robert bromeando.


¿Y si yo también soy así?” bromeó ella, haciéndole reír.


No sé por qué, pero lo dudo” replicó él, acariciando la cara de Miranda y besándola dulcemente. No tardó mucho en comenzar a estremecerse de nuevo bajo sus caricias.


¿Tienes frío otra vez?” le preguntó, notando la piel de gallina en el brazo de Miranda. Ella negó con la cabeza y sonrió, intentando besarle de nuevo.


No... esto es culpa tuya” admitió, mientras Robert sonreía dulcemente y acariciaba sus brazos, provocando que su piel se tensara de nuevo.


Wow” susurró fascinado al ver como la piel de Miranda reaccionaba ante sus caricias. Comenzó por sus brazos, pero pronto alcanzó su cuello y después su clavícula. Sus ojos se clavaron en los de ella mientras sus dedos la recorrían lentamente, dirigiéndose a su pecho. Ella sonrió, sabiendo muy bien lo que ocurriría si Robert la acariciaba ahí.


Cuando empezó a notar cómo la piel de su pecho se tensaba, respiró hondo.


Robert tragó saliva según sus ojos se posaban en el pecho de Miranda, en sus pezones claramente visibles a través de su vestido. La atrajo hacia él y la besó mientras su mano recorría su cuerpo, volviéndola loca poco a poco.


**


Cuando el taxi paró, Robert le dio al taxista 50 libras y ni se molestó en recoger el cambio, saliendo del taxi a toda velocidad para abrir la puerta a Miranda por el otro lado.


Miranda estaba buscando las llaves desesperadamente, más ansiosa de lo que nunca había estado. Robert la ponía muy cachonda. Y no era porque fuera un gran besador – que no lo era--- y no porque la hubiera acariciado como nunca antes la habían acariciado --- porque tampoco era así. Puede que fuera porque estaba fascinaba, por la excitación de haber conseguido a esta persona por la que millones de personas matarían y que sin embargo, la deseaba a ella.


Era increíble porque al final, él era como cualquier otro tío, que se ponía a cien enseguida e incluso a veces, se mostraba algo nervioso. Eso debía ser: el hecho de que estuviese nervioso estando con ella y al mismo tiempo, que estuviese tan cachondo que no le importaba si estaba nervioso o no. Tenía la habilidad de perder el control, y por su mirada, estaba a punto de perderlo por completo.


Casi corrieron escaleras arriba hasta su apartamento. Cuando ella llegó, abrió la puerta sin pararse a pensar en el estado en que estaba el piso. Una suave luz naranja salia del salón- dormitorio, donde estaba su cama, su sofá y su TV. Miranda agarró a Robert de la mano y entraron, ansiosa por ver su reacción. Él miró alrededor con curiosidad y una sonrisa.


Yo... espera un minuto” dijo Miranda, entrando en el cuarto de baño. Él se mordió el labio y la sonrió, pidiéndola que no tardase mucho. “No lo haré” susurró ella mientras entraba en su salón-dormitorio.


Encendió las luces y se miró en el espejo. Su pelo estaba despeinado y sus labios hinchados. Sus mejillas tenían un tono rosado y de pronto se sintió agradecida porque él no podía verla realmente con la tenue luz de fuera.


Robert encendió la cadena de música y ella respiró tranquila cuando empezó a sonar Jimi Hendrix. No había de qué avergonzarse. Respiró hondo y abrió la puerta. Robert estaba frente al aparato de música, mirando su colección de Cds.


¿He aprobado?” dijo ella bromeando, sabiendo que en lo que se refería a cds, no tenía nada de lo que avergonzarse. Él se giró y la sonrió.


Sí” dijo acercándose a ella. “Casi me he puesto celoso” susurró, atrayéndola hasta él, moviéndose lentamente al ritmo de Little Wing. Besándole lentamente, las manos de Miranda subieron hasta su pecho, encontrando los botones de su camisa. Le miró a los ojos buscando algún rastro de duda, pero no encontró ninguno. En lugar de eso, Robert empezó a quitarle el vestido, descubriendo la parte de arriba, apretándola contra su pecho desnudo.


Y entonces ella se dejó llevar. Este era su momento, su triunfo. Tenía a este hombre tan perfecto con ella e iba a disfrutar de todo lo que tenía que ofrecerla.


Cayendo sobre la cama, se desnudaron por completo. No había tiempo para ser cuidadoso o para explorarse. A Miranda no le importaba; le quería ahora, y ella estaba más que preparada. Sintió como las manos de Robert acariciaban su cuerpo para finalmente detenerse en su culo, apretándolo con delicadeza mientras presionaba su sexo contra ella. La estaba volviendo completamente loca.


El pelo de Robert rozaba su cara según besaba su cuello y su pecho. Cuando su mano se hundió entre sus piernas, sintió como el mundo daba vueltas a toda velocidad. Gritó cuando introdujo sus dedos en ella, presionando su Punto-G. Él no necesitaba hacer eso, ya estaba suficientemente húmeda. La tortura se hacía más insoportable por segundos.


No puedo más” se quejó Miranda. “Por favor, necesito...” Él la silenció con un beso.


Seguían entrelazados el uno con el otro y ella sintió como había estado muriéndose por hacer aquello. El roce de sus largos dedos por su cuerpo y su aliento en su oído, disparó el fuego que llevaba dentro. Él estaba sobre ella y notar lo duro que estaba, era demasiado. Le necesitaba dentro de ella. Necesitaba sentir cómo se movía y contemplar su cara mientras lo hacía. Lo necesitaba.


Por favor.... por favor, fóllame” susurró Miranda mientras le oía gruñir en su oído.


Estaba esperando a que me lo pidieras” susurró él. Sus labios volvieron a encontrarse y ella separó las piernas.


Miranda se estremeció al sentir como entraba en ella. Los músculos del cuello de Robert se tensaron y la miró fijamente a los ojos, respirando con dificultad, mientras colocaba sus brazos debajo de sus hombros para sujetarla, mientras ella le rodeaba con sus brazos.


Él la penetraba con tal lentitud y delicadeza, que Miranda podría haberle pegado por la frustración. La necesidad que tenía de “liberarse” era tan grande que movía sus caderas de arriba a abajo siguiendo sus movimientos, hundiendo sus uñas en su espalda según él rozaba ese punto. Robert se detuvo para colocar la pierna de Miranda en su hombro, y cuando empezó a moverse de nuevo, Miranda perdió todo contacto con el mundo. Ella escuchaba los gemidos de Robert según la embestía con fuerza, y le encantaba. De repente, abrió los ojos y su estómago se tensó, llevándola cada vez más cerca de lo que necesitaba tanto.


Dios... no pares” susurró ella.


Miranda se llevó la mano al pelo, tirando con fuerza en un intento desesperado por mantener algo de contacto con la realidad. Se escuchó así misma gritar cada vez más alto, como si estuviera fuera de su propio cuerpo. Y entonces estalló, sintiendo una especie de descarga eléctrica que recorría cada músculo y cada vena de su cuerpo. Era increíble. Él la besó apasionadamente y la silenció. Según su mente volvía a su cuerpo y recobró algo de sentido, le escuchó murmurar sobre ella,


Fuck...” gruñó.


Eso es” susurró ella, abrazándole con las piernas mientras él hundía su cara en su cuello. Ella estaba tan sensible que pudo sentir cómo se endurecía segundos antes de correrse. Le rodeó con los brazos mientras el cuerpo de Robert se estremecía y su cara se movía de lado a lado gimiendo con fuerza.


Después, se tumbó junto a ella con una expresión extraña en su cara. Estaba sonriendo, pero parecía estar completamente confuso. A ella le sorprendió, pero como estaba completamente relajada y atontada, decidió no preguntar. En lugar de eso, le acarició el pelo suavemente, apartándoselo de la frente.


¿Estás cansada?” preguntó él. Ella miró el reloj de la mesilla de noche. Eran las 3:30 y suspiró.


Un poco, creo” admitió. “¿Y tú?”. Él simplemente sonrió en respuesta.


Puedes...Podrías quedarte a dormir, si quieres” dijo ella con una sonrisa.


Robert se tumbó boca arriba y se quedó mirando el techo, rascándose la cabeza y dejando salir un suspiro.


O no...” dijo Miranda encogiéndose de hombros, intentando ocultar el hecho de que le había sentado mal el modo en que él había reaccionado.


Rob se rió y la miró a los ojos. “¿Qué he hecho ahora?” preguntó.


Ella sonrió, intentando no parecer afectada “Me refiero a que no sé donde vives. A lo mejor tienes que estar mañana temprano en algún sitio”


No vivo en ningún sitio” admitió él, y se rió al ver la cara de confusión de Miranda. “Me quedo con Patrick en el Soho cuando estoy aquí, pero no quería llevarte allí”


Cuando estás aquí...” asintió Miranda, empezando a entender el mensaje.


Él sonrió. “Vivo en LA, si es lo que quieres saber”


Sí, me lo imaginaba” dijo devolviéndole la sonrisa. “Es que... no había pensado en eso antes” admitió.


No, ya veo que no” dijo él riéndose. “Pero me alegro de que no lo hicieras”


Entonces..” dijo mientras se apoyaba en uno de sus codos para mirarle. “No te vas a quedar en Londres un tiempo?”


Él negó con la cabeza. “No, me voy a LA pasado mañana”.


¿Y no vas a quedarte aquí esta noche?” preguntó de nuevo. La cara de Robert se puso seria mientras apretaba los labios, observando con detenimiento la cara de Miranda antes de contestar.


No..quiero decir... no quiero complicar las cosas...” admitió. “Eres una chica estupenda, pero mi vida ahora mismo es...” pero ella le interrumpió con una carcajada.


¡Joder!” dijo riéndose. “Lo estás arruinando todo”. Se colocó encima de él. “Así que sugiero que te calles y que lo hagamos otra vez, antes de que tengas que marcharte”


Sí, eso suena mucho mejor”


Sonrió y la rodeó con los brazos, hundiendo sus dedos en el pelo de Miranda. Según se sentaba sobre él, Robert gruñó con fuerza, moviendo sus caderas contra ella, forzándose así mismo a penetrarla aún más profundamente. Los ojos de Miranda se abrieron por completo y se mordió el labio mientras empezaba a moverse, despacio.


Fue increíble, y no tardó mucho en notar como su mente la abandonaba de nuevo, centrándose únicamente en las necesidades de su cuerpo. Él debió notar como Miranda se contraía a su alrededor, porque la agarró por las caderas, gimiendo suavemente en su oído.


Córrete cariño” susurró Robert, agarrándola de las caderas y manteniéndola en esa posición mientras empezaba a embestirla con más fuerza y más rapidez. Miranda ni si quiera se daba cuenta de la manera en que su cuerpo se agitaba sobre el de él, ya que las oleadas de placer se apoderaron de ella.


Cuando recobró el sentido de nuevo, le miró a los ojos con una leve sonrisa. La cara de Robert estaba tensa y sus ojos llenos de pasión.


Joder...estoy muy cerca” susurró, besándola con suavidad. “Quédate quieta”


Vale” susurró Miranda, besándole despacio.


Se besaron y empezaron a disfrutar de los besos, que cada vez eran mejores a medida que se acostumbraban el uno al otro. Ella agradecía en secreto que Rob quisiera disminuir el ritmo porque su cuerpo estaba extremadamente sensible. Las manos de Robert recorrían su cuerpo mientras su respiración se calmaba. De repente, se encontró tumbada de lado frente a él y empezó a moverse de nuevo. Miranda hundió la cara en su cuello mientras oía como la respiración de Rob volvía a acelerarse, moviéndose cada vez más rápido y con más fuerza. De pronto, Rob la sujetó con fuerza mientras gemía contra sus labios. Ella le abrazó fuertemente mientras esperaban a que sus respiraciones volvieran a la normalidad.


Ninguno de los dos se movió en un buen rato. De hecho, ella estaba quedándose dormida con la canción de The Wind Cries Mary sonando de fondo, cuando advirtió que la respiración de Robert era pausada y relajada contra su cuello. Una sonrisa se empezó a dibujar en su cara cuando se dio cuenta de que se había quedado dormido.


**

10 comentarios:

  1. ayyyyyyy que lloro!!roberto quedandose dormido encima tuya....uf uf ufffffffffffffffff que me da!!!

    siiii!!me encaaanta!

    gracias!

    ResponderEliminar
  2. Rob quedandose domido encima tuya y deeeeentro tuya mmm jajajaja
    Al final Miranda logró que se quedara a dormir xD

    maaaaaaaaaas y gracias bellezon!

    ResponderEliminar
  3. aiii dormidico que majo pordió...que me entra la ternura y se me inflama el alma... aaaaai

    ResponderEliminar
  4. wow!!! que capitulo!!! que me ha dado algo jejeje!!!
    seria un gran placer observar a ese bombon dormidito a tu lado *-*

    un beso!

    ResponderEliminar
  5. Que capitulazooooo !!!
    me ha encantado!

    un beso.

    ResponderEliminar
  6. ai por diooos, encima little wing me pone burraquisima!!

    i want to dieeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  7. diosssssssss q ganas tenia que volver ahora que no me oye nadie xD y sin saber que me esperaba esto.
    Graciassssssssss María y por supuesto...quiero más. Bstos

    ResponderEliminar